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Unidad
Didáctica N° 1 Y 2
GUÍA DE APRENDIZAJE
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ÁREA
DE HUMANIDADES LENGUA CASTELLANA
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Grado:
7 °
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DOCENTE: LILIBETH BUITRAGO ORTEGA
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Período:
3
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NIVELACIÓN
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Apreciado
estudiante: ¡Reciba un cordial saludo!
Los jóvenes que tienen nivelaciones pendientes deben seguir este
proceso:
- Descargar
el taller asignado por la profesora.
- Consultar
el contenido utilizando diferentes medios: revistas, periódicos,
libros, Internet.
- Presentar
un trabajo escrito, utilizando la normatividad aquí publicada.
- Sustentar
en forma oral o escrita el taller asignado.
RECOMENDACIONES
- Establecer
un horario de estudio durante el tiempo libre en el hogar.
- Cumplir
con la programación de estudio.
- Formar
grupos de estudio con otros compañeros que permitan dinamizar y optimizar
el proceso de nivelación.
- Ser
responsables con la sustentación de los trabajos (entrega, fecha, hora).
- Recibir
de la familia un acompañamiento presencial y efectivo durante el
proceso.
Les animo con esta invitación para que:
- Asuman
una actitud de mayor disposición, compromiso y positivismo en los momentos
académicos, programados por la Institución.
- Traer
los instrumentos y materiales necesarios para un buen desempeño en las
clases.
Poner en práctica lo aprendido para aprovechar mejor el tiempo en casa.
Pueden descargar a continuación los talleres divididos por grados:
Teoría y
actividades:
EL
TEXTO ARGUMENTATIVO
Los textos de carácter argumentativo suelen disponer
sus contenidos según un orden más o menos fijo, en el que se pueden distinguir
cuatro partes: el punto de partida, la tesis, los argumentos y la conclusión.
Para escribir un texto argumentativo primero hay que elegir un tema apropiado
que se preste al debate. A continuación hay que informarse bien sobre él,
organizando la información para poder establecer los distintos argumentos. Por
último se tiene que preparar un guión y desarrollar las siguientes partes de
manera diferenciada. El punto de partida que es el tema del que se va a hablar.
La
tesis es la idea que se va a
defender. Se enuncia, por lo general, al comienzo del texto. La idea que
constituye la tesis debe ser potencialmente conflictiva, de modo que sea
preciso defenderla.
Los
argumentos son las razones que se arguyen
para apoyar la tesis. Entre los argumentos y la tesis debe haber una relación
de implicación, de manera que la aceptación de los argumentos lleve
inmediatamente a asumir la tesis.
La
conclusión es la parte final de la
argumentación. En ella se reafirma la tesis, se resumen los argumentos, se hace
un pedido, un llamado de atención, etc.
En hojas de block: después de leer la teoría sobre el texto argumentativo
analiza el artículo de opinión: “El matrimonio gay” de Mario Vargas Llosa:
ACTIVIDAD
1.
Identifica la tesis
que sustenta el autor. (Idea global que defiende el autor)
2.
Identifica las
clases de argumentos empleadas por el autor. Sustentar.
3.
¿A qué conclusión
se llega?
4.
Sintetice el artículo
en un párrafo.
5.
Escribe un artículo de opinión (mínimo 4 párrafos) sobre un tema polémico de tu
interés; emplea, al menos, tres tipos de argumentos diferentes. Recuerda la
estructura: 1.tesis- 2. argumentos (sustentar)- conclusión.
6.
Consulta en el diccionario
las palabras desconocidas.
El Matrimonio Gay
Luego de Holanda y Bélgica, España
será en estos días el tercer país en el mundo que habrá legalizado el
matrimonio entre personas del mismo sexo, con todos los deberes y derechos
incluidos, entre ellos el de poder adoptar niños. Es un extraordinario paso
adelante en el campo de los derechos humanos y la cultura de la libertad que
muestra, de manera espectacular, cuánto y qué rápido se ha modernizado esta
sociedad donde, recordemos, hace unos cuantos siglos los homosexuales eran
quemados en las plazas públicas y donde, todavía en los tiempos de la dictadura
de Franco, la homosexualidad era considerada un delito y reprimida como tal.
Esta medida es un acto de justicia,
que reconoce el derecho de los ciudadanos a elegir su opción sexual en
ejercicio de su soberanía, sin ser discriminados ni disminuidos por ello, y que
reconoce a las parejas homosexuales el mismo derecho de unirse y formar una
familia y tener descendencia que las leyes reconocen a las parejas
heterosexuales. Aunque esta medida constituye un desagravio a una minoría
sexual que a lo largo de la historia ha sido objeto de persecuciones y
marginaciones de todo orden, obligando, a quienes la conformaban, a vivir poco
menos que en la clandestinidad y en el permanente temor al descrédito y al
escándalo, ella no bastará para cancelar de una vez por todas los prejuicios y
falacias que demonizan al homosexual, pero, sin la menor duda, constituye un
gran avance hacia la lenta, irreversible aceptación por el conjunto de la
sociedad -por la gran mayoría, al menos- de la homosexualidad como una
manifestación perfectamente natural y legítima de la diversidad humana.
La ley, como era lógico que ocurriera,
ha tenido adversarios encarnizados y ha generado movilizaciones diversas, entre
ellas, en Madrid, una multitudinaria manifestación, convocada por distintas
asociaciones católicas, respaldada por la jerarquía de la Iglesia, a la que
asistieron dieciocho obispos y a la que dio su respaldo el Partido Popular, el
principal partido de la oposición al Gobierno de Rodríguez Zapatero. Pero todas
las encuestas son inequívocas: casi dos terceras partes de los españoles
aprueban el matrimonio gay, y, aunque esta aprobación disminuye algo en las
adopciones de niños por las parejas homosexuales, también este aspecto de la
ley es convalidada por una mayoría. Buen indicio de que la democracia ha echado
raíces en España y de que, por más denostada que esté de la boca para afuera,
la cultura liberal va impregnando poco a poco a la sociedad española.
Los argumentos contra el matrimonio
gay no resisten el menor análisis racional y se deshacen como telarañas cuando
se los examina de cerca. Uno de los más utilizados ha sido el de que, con esta
medida, se da un golpe de muerte a la familia. ¿Por qué? ¿De qué manera? ¿No
podrán seguir casándose y teniendo hijos todas las parejas heterosexuales que
quieran hacerlo? ¿Alguien, con motivo de esta nueva ley, va a forzar a alguien
a no casarse o a casarse de manera distinta a la tradicional? Por el contrario,
la ley, al permitir a las parejas gays contraer matrimonio y adoptar niños, va
a inyectar una nueva vitalidad a una institución, la familia, que -¿alguien no
lo ha advertido todavía?- padece desde hace ya un buen tiempo una profunda crisis
en la sociedad occidental, al extremo de que, contabilizando el número de
divorcios que crece cada año y la multiplicación de parejas de hecho que
rehúsan resueltamente pasar por el altar o por el registro civil, hay quienes
le auguran una obsolescencia irremediable.
La paradoja es que, probablemente,
sólo entre los homosexuales, que, como todas las minorías perseguidas desean
ardientemente salir del gueto en que la sociedad los ha confinado, despierta la
familia esa ilusión y ese respeto que en un número muy grande de
heterosexuales, sobre todo entre los jóvenes, parece haber perdido. Por eso, no
hay ninguna ironía en decir -yo lo creo firmemente- que es muy posible que,
dentro de veinte o treinta años, las familias más estables las descubran las estadísticas
entre los matrimonios gays.
Un prejuicio idéntico sostiene que los
niños adoptados por parejas homosexuales sufrirán y tendrán una formación
deficiente y anómala, ya que un niño para ser "normal" necesita un
padre y una madre, no dos padres o dos madres. A esta afirmación dogmática y
sin el menor sustento psicológico, ha respondido Edurne Uriarte de manera
inmejorable: un niño lo que necesita es amor, no abstracciones. También padecen
de una ceguera contumaz quienes no se han enterado de que, entre las parejas
heterosexuales, cada día se descubren casos atroces de violencias ejercidas
contra los niños, y, entre ellas, sinnúmero de abusos sexuales. Que los padres
sean hetero u homosexuales no presupone de por sí nada; cada pareja es única y
puede ser admirable o tiránica, amorosa o cruel en lo que concierne a la
educación de sus hijos. Y también en este campo cabe suponer que entre quienes
han luchado tanto por poder adoptar niños, ahora que lo han adquirido, asumirán
este derecho con ilusión y responsabilidad.
En verdad, detrás de todos estos
argumentos no hay razones, sino prejuicios inveterados, una repugnancia
instintiva hacia quienes practican el amor de una manera que siglos de
ignorancia, estupidez, oscurantismo dogmático y retorcidos fantasmas del
inconsciente, han satanizado llamándolo "anormal". En verdad, la
ciencia -la biología, la antropología, la psicología, la historia, sobre todo-
ha puesto las cosas en su sitio ya hace tiempo y establecido que hablar de
"anormalidad" en el dominio de la vocación sexual de los seres
humanos es riesgoso y alienante. Salvo casos extremos, que entrañan
criminalidad, y que de ninguna manera se pueden identificar con una opción
sexual específica, en el universo del sexo hay variedades, una constelación de
vocaciones y predisposiciones de las que de ninguna manera da cuenta cabal la
demarcación entre heterosexualidad y homosexualidad, pues se refracta y
multiplica en el seno de cada una de estas grandes opciones, como ocurre en
tantos otros campos de la personalidad individual: las aptitudes, las
preferencias, los gustos, las incompatibilidades, las facultades físicas e
intelectuales, etcétera. El Gobierno que ha dado esta ley en
España es socialista y hay que reconocerle todo el mérito que ello tiene. Pero,
para evitar confusiones, conviene re-cordar que se trata de una medida de
profunda entraña democrática y liberal, y nada socialista. El socialismo ha
sido a lo largo de toda su historia, en materia sexual, tan puritano y
prejuicioso como la Iglesia católica. Si de él hubiera dependido, la gazmoñería
y la pudibundez hubieran dictado la norma aceptable en materia de costumbres
sexuales y ésta se hubiera impuesto a la sociedad por la fuerza. Por eso, en
las sociedades comunistas, la discriminación y persecución del homosexual fue,
en ciertos periodos, tan feroz como en la Alemania nazi, donde en las cámaras
de la muerte de los campos de concentración perecieron muchos millares de
homosexuales.
También en el Gulag soviético padecieron y murieron gran número de seres humanos cuyo único delito era practicar una opción sexual que la "ciencia comunista" del temible Pavlov consideraba una perversión "urbano-burguesa". Carlos Franqui cuenta en alguna parte que, cuando él, como director del diario Revolución, asistía a los consejos de ministros de Cuba, a principio de los años sesenta, Fidel y sus lugartenientes preguntaron a los "países hermanos" qué política aconsejaban para enfrentar "el problema homosexual". La respuesta de la China Popular de Mao Tse Tung fue la más meridiana: "Ya no tenemos ese problema. Los fusilamos a todos". Sin llegar a esos extremos, Fidel creó las UMAP (Unidades Movilizables de Apoyo a la Producción), es decir, campos de concentración donde eran acarreados homosexuales de ambos sexos junto con criminales comunes y disidentes políticos.
También en el Gulag soviético padecieron y murieron gran número de seres humanos cuyo único delito era practicar una opción sexual que la "ciencia comunista" del temible Pavlov consideraba una perversión "urbano-burguesa". Carlos Franqui cuenta en alguna parte que, cuando él, como director del diario Revolución, asistía a los consejos de ministros de Cuba, a principio de los años sesenta, Fidel y sus lugartenientes preguntaron a los "países hermanos" qué política aconsejaban para enfrentar "el problema homosexual". La respuesta de la China Popular de Mao Tse Tung fue la más meridiana: "Ya no tenemos ese problema. Los fusilamos a todos". Sin llegar a esos extremos, Fidel creó las UMAP (Unidades Movilizables de Apoyo a la Producción), es decir, campos de concentración donde eran acarreados homosexuales de ambos sexos junto con criminales comunes y disidentes políticos.
Han sido las sociedades democráticas,
impregnadas de cultura liberal, como los países escandinavos y los Estados
Unidos, donde se ganaron las primeras batallas contra la discriminación de los
gays y donde, poco a poco, se les ha ido reconociendo tal cual son: seres
humanos normales y corrientes cuya opción sexual debe ser aceptada y reconocida
como perfectamente legítima por el conjunto de la sociedad.
Es difícil, para mí, entender las razones por las que el Partido Popular ha apoyado la manifestación contra el matrimonio gay. Aunque es verdad que su dirigente máximo no asistió, y que tampoco estuvieron presentes sus principales líderes, que el partido la hubiera respaldado sólo puede haber contribuido a confundir y lastimar no sólo a los homosexuales que hay en sus filas sino, sobre todo, a su sector liberal, y a dar argumentos a quienes lo presentan como una formación política ultraconservadora. El oportunismo político da beneficios muy pasajeros y superficiales. Hay muchas razones para criticar al Gobierno de Rodríguez Zapatero. Su desastrosa política internacional, por ejemplo, que ha abolido a España de la escena mundial, donde llegó a tener influencia y a figurar entre los países de vanguardia. Sus ventas de armas al Gobierno demagógico del comandante Chávez, en Venezuela, que alienta y subvenciona grupos subversivos. Su acercamiento, que linda con la alcahuetería, a la satrapía de Fidel Castro, a la que trató de salvar de la condena que ha merecido de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. O sus concesiones sistemáticas a los nacionalismos, que rompen una tradición de defensa de la unidad de España del socialismo democrático de la que el Gobierno de Felipe González nunca se apartó. Pero no tiene sentido atacar a un Gobierno por todo lo que hace y, mucho menos, por haber hecho avanzar, con esta ley, la democratización y modernización de la sociedad española.
Es difícil, para mí, entender las razones por las que el Partido Popular ha apoyado la manifestación contra el matrimonio gay. Aunque es verdad que su dirigente máximo no asistió, y que tampoco estuvieron presentes sus principales líderes, que el partido la hubiera respaldado sólo puede haber contribuido a confundir y lastimar no sólo a los homosexuales que hay en sus filas sino, sobre todo, a su sector liberal, y a dar argumentos a quienes lo presentan como una formación política ultraconservadora. El oportunismo político da beneficios muy pasajeros y superficiales. Hay muchas razones para criticar al Gobierno de Rodríguez Zapatero. Su desastrosa política internacional, por ejemplo, que ha abolido a España de la escena mundial, donde llegó a tener influencia y a figurar entre los países de vanguardia. Sus ventas de armas al Gobierno demagógico del comandante Chávez, en Venezuela, que alienta y subvenciona grupos subversivos. Su acercamiento, que linda con la alcahuetería, a la satrapía de Fidel Castro, a la que trató de salvar de la condena que ha merecido de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. O sus concesiones sistemáticas a los nacionalismos, que rompen una tradición de defensa de la unidad de España del socialismo democrático de la que el Gobierno de Felipe González nunca se apartó. Pero no tiene sentido atacar a un Gobierno por todo lo que hace y, mucho menos, por haber hecho avanzar, con esta ley, la democratización y modernización de la sociedad española.
© Mario Vargas Llosa, 2005. © Derechos
mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario El País, SL, 2005.
¿Qué clases de argumentos podemos emplear para
darle validez a nuestras opiniones?
1.
Argumento por ejemplos: es cuando
el escritor defiende su tesis, utilizando ejemplos en las premisas. Ejemplo: en épocas pasadas, las mujeres
se casaban muy jóvenes. Julieta, en Romeo y Julieta de Shakespeare, aún no
tenía catorce años. En la edad media, la edad normal del matrimonio para las
jóvenes judías era de trece años.
2. Argumento de autoridad: es cuando el escritor defiende su tesis, utilizando el nombre
de una autoridad en las premisas.
Ejemplo: El maltrato de los animales es cada día peor. Cifras alarmantes de PAZ
ANIMAL, acerca de perros, gatos y caballos muertos por golpes y falta de
alimento, tienen conmovida a la ciudadanía.
3. Argumento por prueba: es cuando el escritor defiende su tesis a partir de
estadísticas o hechos contundentes. Ejemplos: Los colombianos no pagan a tiempo
los impuestos fiscales. Según datos proporcionados por la DIAN, casi el 35% de
los colombianos está atrasado en sus obligaciones fiscales.
4. Argumento por analogía: es cuando el escritor defiende su tesis, utilizando una analogía
(cuando se acentúan las semejanzas
entre dos casos que no son de la misma categoría) para reforzar y explicar sus
premisas. Ejemplo:
5. Argumento por causa-efecto
o efecto causa: el autor presenta
las causas y las consecuencias de los
hechos o viceversa para justificar su tesis. Ejemplo: tomar un buen desayuno asegura un buen rendimiento físico e intelectual. Expertos
nutricionistas acaban de presentar el informe acerca de una investigación
realizada en la ciudad de Londres, en la que muestran que los buenos
estudiantes de diferentes centros escolares de esa región se caracterizaban por
ingerir alimentos nutritivos a la hora del desayuno.
6. Argumento deductivo: se presentan cuando el escritor defiende su tesis, apoyándose en la veracidad de sus premisas y partiendo de lo general a lo particular.
Ejemplo: si usted estudia otras culturas, comprenderá que existe una diversidad
de costumbres humanas y si usted comprende que existe una diversidad de
costumbres humanas, entonces pone en duda sus propias costumbres, lo cual lo
llevará a ser más tolerante.
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